
Incorporar lo digital es parte del impulso de la cuarta revolución industrial que estamos viviendo (Schwab, 2016), la que ha generado cambios en la forma de hacer las cosas, lo que promueve una cultura especial, personas con nuevas competencias y líderes que lideren con el ejemplo. Las personas son clave en las organizaciones, y es por eso fundamental tener en cuenta que no solo se requieren habilidades técnicas, sino también habilidades blandas que faciliten y contribuyan a todo proceso de cambio. Se puede inferir del trabajo presentado por Mann (1918) que el 85% del éxito en el trabajo proviene de la destreza que se tenga respecto a habilidades blandas, mientras que sólo el 15% de éxito laboral proviene de las habilidades duras y conocimientos técnicos. Por tanto, por mucho que se esté en una época digitalizada y en donde todo parece ser tecnocentrista es importante no dejar de lado las habilidades blandas que son las que finalmente nos pueden llevar al éxito en cualquier emprendimiento que se haga, desde uno educativo como también profesional. Hay que tener en cuenta que las personas son el motor fundamental de toda organización, por tanto, cuando las empresas se enfocan en las personas, y no sólo en la herramienta, es entonces cuando logran implementar soluciones que realmente le permiten mejorar sus procesos y crecer de la mano de la tecnología.
Un problema asociado a esto es el famoso concepto acuñado por Prensky en el 2001, de «Nativos Digitales» que supone que para los niños nacidos en esta época les es natural trabajar con interfaces digitales y hoy en día en particular con interfaces touch. Si bien esto es cierto, no es menos cierto que las generaciones anteriores usaban mejor la televisión que sus predecesores y estos la radio que sus predecesores y así hacia atrás. Ya pasados casi 20 años desde que se acuñó este término creo que es evidente que el hecho de ser nativo digital no entrega ninguna ventaja aparente, más que saber ocupar un dispositivo que por sí solo no entrega nada. Y aquí volvemos al tema de las habilidades blandas, tales como la resolución de problemas, la capacidad de análisis, el poder investigar, discutir y concluir, y por supuesto la habilidad de trabajar en equipo. Hoy, todas estas habilidades adquieren un valor fundamental no sólo en las organizaciones, sino que, en la vida cotidiana, como herramientas clave para enfrentar el día a día y a esta era digital. Probablemente estas competencias inherentes y entrenables, nos permiten adaptarnos más rápido a los nuevos escenarios y desafíos tecnológicos.
Hoy en día vemos como el manejo de datos y el concepto de Big Data ya están un poco de salida, dejando el campo al concepto de Machine Learning en que, si bien está asociado al manejo de gran cantidad de información, la diferencia fundamental tiene relación con que el manejo bajo Machine Learning es a tiempo real, mientras que la Big Data es bajo análisis posterior. Todo esto se logra gracias a la capacidad de cómputo que se tiene en la actualidad y se prevé que gracias a la computación cuántica se dará un salto gigantesco en cuanto a esta capacidad de análisis. El Machine Learning permite, por ejemplo, mejorar los modelos de Inteligencia Artificial (IA) saliéndose de sólo considerar árboles de decisión y abocándose a un ámbito más real en la toma de decisiones pudiendo cambiar el paradigma de lo que es necesario que nuestros estudiantes consideren como profesiones hacia el futuro. El gran cambio de paradigma a lo que nos puede llevar la IA, tiene relación con la modificación o total eliminación de trabajos que hoy en día son ejecutados por humanos y que se consideran como rutinarios. Ya en nuestro país podemos ver como el Metro de Santiago tiene trenes conducidos completamente por sistemas con IA, aplicaciones como Waze conectadas a sistemas centrales con gran capacidad de cómputo en línea para entregar las mejores rutas para llegar a un destino, sitios de retail con chat de atención en que del otro lado no hay ningún humano atendiendo (poniendo casi en jaque a la máquina de Turing), diversos canales de interacción con clientes, en que estos son perfilados en línea, siguiendo lógicas de negocio con rutas de decisión para entregar la mejor opción, permitiendo con esto generar la mejor experiencia al usuario. No es de sorprender que esto se amplíe a otros ámbitos, como el trabajo de contadores, pilotos, policías e incluso en la medicina (al menos en una atención inicial).
Todo este cambio digital nos hace pensar cómo nos estamos preparando como personas, como empresas, y como sociedad, para enfrentar este nuevo mundo, que tiene desafíos tecnológicos importantes a futuro y que muchas de las tareas rutinarias serán reemplazadas por máquinas, como ya está pasando con los cajeros de supermercado. Entonces, es necesario y fundamental que podamos adaptarnos rápidamente a estos cambios, y ¡hacer de la tecnología una oportunidad para reinventarnos!
Ayala, J. (2019) PODCAST U1 – B: Infraestructuras Digitales [Audio Podcast].
Mann, C. (1918) A study of engineering education. Carnegie Found. Advan. Teach.
Prensky, M. (2001) Digital Natives Digital Immigrants. On the Horizon, MCB University Press, Vol. 9 No 5, October.
Schwab, K. (2016) La cuarta revolución industrial. Editorial Debate, Barcelona, España. 224 pp.
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